martes, 4 de octubre de 2011

Sapiens Monkey Play

Cuando yo llegué a la empresa hace quince años recuerdo que lo sábados los empleados se organizaban para jugar fulbito los sábados. Siempre que podíamos armábamos campeonatos entre áreas, “cuadrangulares” los llamábamos, administración, almacén, departamento técnico y contabilidad. Incluso nos las arreglábamos para jugar contra otras compañías, a veces incluso la empresa nos obsequiaban camisetas y zapatillas por representarla. Casi siempre eso sí, los muchachos se quedaban en casa de alguien, en una pollada o la avenida La Marina a celebrar los goles hayan ganado o perdido.

 

Las Olimpiadas de la empresa eran otra cosa, duraban tres meses y podíamos ir con la familia, la enamorada, los hijos, incluso podían jugar por el equipo en caso se necesitara reforzarlo. Salir del trabajo para respirar aire fresco, jugar o sentarse en la banca a ver como se desenvolvían los equipos era una de las cosas que más esperábamos.

 

Sin embargo con el tiempo he notado que los empleados ya no les interesa organizar campeonatos, jugar, divertirse y quitarle horas a esa labor monótona que desempeñan día a día. Sin ir muy lejos hace poco la empresa organizó sus clásicas olimpiadas, ante la pregunta formulada en una encuesta de recursos humanos acerca de la duración y el tiempo del evento, la mayoría respondió que las olimpiadas deberían realizarse un día viernes entero y nada más. Me quedé estupefacto cuando leí los resultados, no podía concebir que mis compañeros prefieran solo un día de olimpiadas, ¿Por qué no tres meses? ¿Por qué no todos los viernes? Había la posibilidad de pasarla bien 6 viernes enteros según la encuesta jugando vóley y fulbito pero no, la gente no quiere olimpiadas. ¿pero saben? Lo que más me desconcierta es que solo unos cuantos se sorprenden con esta actitud, parece que la mayoría se encuentra lobotomizada o ciega. No concibo como es que alguien en su sano juicio prefiera estar sentado frente a una hoja de cálculo que jugando a meter unos cuantos taponazos.

 

 

Hace unos cuantos días organicé un campeonato relámpago entre áreas, se iba a desarrollar un sábado, lo que antes hubiera significado un enfrentamiento entre grupos, una discusión de correos electrónicos, un enfrentamiento previo entre grupos para llegar a la fecha bien caliente, ahora solo fue puro pesimismo, languidez, lasitud, nadie se emocionó es decir solo unos cuantos, el equipo de conserjes, unos cuantos practicantes y yo, los contables, administrativos, comerciales y analistas solo dejaron entrever su impresión con unas cuantas decadentes frases de aliento, tal vez la abstracción ocupacional tenga algo que ver en esto y mi trabajo haya dejado de ser de alta abstracción. No lo sé, lo que agita a mi espíritu, lo que me asusta es que los hombres por fin hayan dejado se ser libres por voluntad propia se hayan engranado a la cadena de montaje sabiéndose solo piezas, ladrillos de un muro, mosaicos de un piso. Monos del mundo venid, por fin ha llegado la hora de que ocupéis el lugar del Sapiens.

 

 

 

 

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